Los efectos del hombre sobre el medio ambiente son preocupantes. El crecimiento económico, lamentablemente, se ha convertido en sinónimo de destrucción de la naturaleza. Los residuos de las fábricas contaminan los ríos; la flora y la fauna se ven afectadas por los plaguicidas y los insecticidas; al mar van a parar la mayor parte de los desperdicios de las actividades humanas, ya sean urbanas, industriales o agrícolas, pero el factor contaminante más importante lo constituyen los vertidos de petróleo y sustancias radiactivas; los escapes radiactivos de las centrales nucleares y los humos industriales envenenan el aire, mientras que las consecuencias de un accidente nuclear pueden ser irreversibles incluso sobre lugares distantes miles de kilómetros de la central afectada. Y otro factor a considerar son las consecuencias que podrían originarse de la utilización de armas químicas, algunas de ellas con efectos letales.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1472.
"La Casa que vence las sombras" y la ecología
viernes, 11 de febrero de 2011
La Tierra: un planeta enfermo.
Las alteraciones en la superficie del planeta debidas a la indiscriminada intervención del hombre se han intensificado tan rápidamente, tanto en ritmo como en extensión, que científicos de todos los países y organizaciones internacionales se han lanzado a una denodada lucha para limitar las proporciones del impacto humano sobre el sistema terrestre. Cada vez son más los países que se han dotado de una legislación que regula la realización de estudios sobre los desastrosos efectos que la ejecución de determinados proyectos y actividades puedan tener sobre el medio ambiente. Y aunque hay que reconocer que el hombre, como parte integrante de la Tierra, no ha sido ni será ajeno a su evolución y que su interferencia forma también parte del orden natural, esta intervención ha de ser respetuosa con el entorno y controlada, puesto que los cambios climáticos habidos en los últimos años, así como los que se prevén a corto y mediano plazo, se ven directamente influidos por la actividad humana.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1462.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1462.
Ecología. La Protección del Planeta.
La ecología es la ciencia que estudia las relaciones que hay entre los seres vivos y el medio en el que viven. Así pues, estudia la relación entre el ser humano y su medio, la Tierra, un gran almacén que proporciona recursos materiales, madera, alimentos..., todo cuanto es preciso para vivir. Sin embargo, existe la posibilidad de que ese gran almacén se agote. Efectivamente, los recursos naturales del planeta son abundantes y durante largo tiempo se creyó que eran casi ilimitados, pero la humanidad ha comenzado a darse cuenta de que son finitos y es preciso reducir su consumo. La preocupación por el medio ambiente ha ido en aumento y se han creado asociaciones y organismos dedicados a su estudio y protección. No obstante, no se ha logrado detener ni el proceso de agotamiento y malversación de los recursos terrestres, ni el de la contaminación del medio ambiente. Al contrario, el número creciente de desastres contribuye a la contaminación atmosférica y de las aguas, la desertización de grandes zonas del planeta, la desaparición de especies animales y vegetales, la disminución de la capa de ozono, etc. Así, la cualidad de depredador del ser humano está conduciendo el planeta a una situación límite y de alto riesgo. Ello se debe, en parte, a los efectos de la actividad industrial de la sociedad contemporánea, pero también a las necesidades derivadas del desorbitado aumento de la población mundial, la cual se ha duplicado en los últimos cuarenta años. Es más, las previsiones demográficas señalan un período de únicamente veinte años para que se dupliquen de nuevo, por lo que es preciso actuar con urgencia si se quiere que la Tierra siga manteniendo a la humanidad.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1441.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1441.
La Economía de la Tierra.
El planeta Tierra se ve sometido a una serie de leyes físicas ineludibles. Éstas imponen las reglas de cómo pueden formarse los materiales que lo constituirán.
Surgen así las formas geológicas, y además, en el caso de la Tierra, aparece una manifestación de la materia y la energía desconocida en los restantes planetas de nuestro entorno inmediato: la vida. Los organismos vivientes, pues, se ven sometidos a las leyes físicas que dan forma al sustrato sobre el que se desarrollan. Sin embargo, son capaces, en cierta medida, de liberarse de esas leyes, pero sólo de modo transitorio. Aparece así lo que llamamos ecosistema, y su gestión se verá sometida también a las leyes generales del planeta.
Cualquier intervención humana que haga caso omiso de esas leyes puede provocar un desequilibrio del ecosistema, que sólo se compensará a nivel planetario siguiendo esas leyes físicas del mundo inanimado.
Las consecuencias serán entonces desastrosas para la vida, pues si en cantidad se restablece el equilibrio, no sucede lo mismo con el modo como esa materia y energía se organizan.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1446.
Surgen así las formas geológicas, y además, en el caso de la Tierra, aparece una manifestación de la materia y la energía desconocida en los restantes planetas de nuestro entorno inmediato: la vida. Los organismos vivientes, pues, se ven sometidos a las leyes físicas que dan forma al sustrato sobre el que se desarrollan. Sin embargo, son capaces, en cierta medida, de liberarse de esas leyes, pero sólo de modo transitorio. Aparece así lo que llamamos ecosistema, y su gestión se verá sometida también a las leyes generales del planeta.
Cualquier intervención humana que haga caso omiso de esas leyes puede provocar un desequilibrio del ecosistema, que sólo se compensará a nivel planetario siguiendo esas leyes físicas del mundo inanimado.
Las consecuencias serán entonces desastrosas para la vida, pues si en cantidad se restablece el equilibrio, no sucede lo mismo con el modo como esa materia y energía se organizan.
Tomado de la Gran Enciclopedia Interactiva "Siglo XXI",año 2000, grupo editorial Oceano, tomo 6, Barcelona-España, página 1446.
Institutos de Educación Superior, entes productores de saberes y transformadores de la realidad.
La Universidad actual, sin duda alguna, debe asumir el reto de concebir una verdadera cultura de uso adecuado del ambiente, de la mano de sus comunidades nutridas de los más diversos extractos de la población.
Es que el tiempo se acorta aceleradamente y sería un adsurdo, que en poco tiempo destruyamos lo que a la naturaleza costó millones de años construir. De esta manera, debemos pensar, actuar y evaluar en nombre de un estricto ganar-ganar, que revierta el deterioro que, un irresponsable ser humano causa al planeta. En tal sentido, falsas posturas, hipócritas concepciones y desleales actuaciones, deben desecharse, en nuestra relación con el medio-ambiente, a menos que decidamos asumir definitivamente y sin complejos el papel de "suicidas", que no contentos con diezmar a las demás especies y seres vivos, acabamos con nuestra presencia en el planeta, casí como el "embriagado que decide ponerse frente del volante, llevando en su vehículo a toda su familia, viajando en contravía a exceso de velocidad".
De conformidad al planteamiento anterior, las Instituciones Educativas Superiores deben asumir la vanguardía en función de la transformación societal dirigida a la busqueda del "equilibrio", que a corto plazo desacelere "la loca carrera", a mediano plazo comience la regeneración del planeta y a largo plazo, permita alcanzar la sustentabilidad en el mismo, reconciliandonos con la "madre Tierra" que decidió albergarnos como especie, y bastante supo soportar nuestro comportamiento inconciente.
Por lo tanto, la Universidad debe concebir un agresivo plan de educar para la sustentabilidad, a fin de que sus egresados asuman a conciencia el rol de acompañantes de la naturaleza y no el de dueños absolutos y posesivos de un mundo que creemos inagotable e imperecedero.
Todo el esfuerzo tecno-científico debe ponerse al servicio del planeta, utilizando racionalmente sus recursos e invirtiendo en proyectos que descontaminen, limpien y devuelvan la "salud" al ambiente, posibilitando su accionar regenerativo, que como "nueva sabia fresca" dará la vida necesaria para el armónico desarrollo de la vida planetaria.
Ese sueño, perfectamente factible, será realidad con el despertar de la conciencia planetaria del nuevo ser, que saldrá de las aulas de una universidad que "surgió para vencer las sombras".
Es que el tiempo se acorta aceleradamente y sería un adsurdo, que en poco tiempo destruyamos lo que a la naturaleza costó millones de años construir. De esta manera, debemos pensar, actuar y evaluar en nombre de un estricto ganar-ganar, que revierta el deterioro que, un irresponsable ser humano causa al planeta. En tal sentido, falsas posturas, hipócritas concepciones y desleales actuaciones, deben desecharse, en nuestra relación con el medio-ambiente, a menos que decidamos asumir definitivamente y sin complejos el papel de "suicidas", que no contentos con diezmar a las demás especies y seres vivos, acabamos con nuestra presencia en el planeta, casí como el "embriagado que decide ponerse frente del volante, llevando en su vehículo a toda su familia, viajando en contravía a exceso de velocidad".
De conformidad al planteamiento anterior, las Instituciones Educativas Superiores deben asumir la vanguardía en función de la transformación societal dirigida a la busqueda del "equilibrio", que a corto plazo desacelere "la loca carrera", a mediano plazo comience la regeneración del planeta y a largo plazo, permita alcanzar la sustentabilidad en el mismo, reconciliandonos con la "madre Tierra" que decidió albergarnos como especie, y bastante supo soportar nuestro comportamiento inconciente.
Por lo tanto, la Universidad debe concebir un agresivo plan de educar para la sustentabilidad, a fin de que sus egresados asuman a conciencia el rol de acompañantes de la naturaleza y no el de dueños absolutos y posesivos de un mundo que creemos inagotable e imperecedero.
Todo el esfuerzo tecno-científico debe ponerse al servicio del planeta, utilizando racionalmente sus recursos e invirtiendo en proyectos que descontaminen, limpien y devuelvan la "salud" al ambiente, posibilitando su accionar regenerativo, que como "nueva sabia fresca" dará la vida necesaria para el armónico desarrollo de la vida planetaria.
Ese sueño, perfectamente factible, será realidad con el despertar de la conciencia planetaria del nuevo ser, que saldrá de las aulas de una universidad que "surgió para vencer las sombras".
Al sur. Focos de destrucción.
Bolívar es el estado que contiene la mayoría de bosques del país. Sin embargo, están siendo destruidos por una oleada de fundos dedicados a la ganadería donde antes sólo existían conucos. La actividad minera, que forma polos de migración, también vulnera los parques nacionales y otras áreas protegidas. Los focos más graves son:
...Pijiguaos: es un polo de desarrollo por la industria de la bauxita.
...Guaniamo: la minería legal avanza con la tala.
...Caicara y Maripa: son puntos de partida para vías de acceso al Caura, que es una reserva forestal donde existen minas de oro. Hay vías de penetración hacia pueblos que no existían hace unos años.
...Ciudad Piar y La Paragua: hay una fuerte deforestación en los alrededores de estos poblados debido a la minería ilegal, que cada vez avanza más al sur. Se están afectando las reservas forestales del Caura y de La Paragua. Es una de las zonas que más preocupa a ingenieros de Edelca porque el río Paragua es afluente del embalse de Guri, que provee la mayor parte de la electricidad que consume el país.
...El Manteco: al sur de Upata, la minería amenaza la reserva forestal San Pedro.
...Tumeremo- km 88: los conucos (de 3 a 4 hectáreas) que existían desde hace unos pocos años a lo largo de la carretera entre los dos poblados se han convertido en fundos ganaderos de 100 a 200 hectáreas.
Tomado del diario "El Nacional" del día viernes 11 de febrero de 2011. Cuerpo Ciudadanos, página 5.
...Pijiguaos: es un polo de desarrollo por la industria de la bauxita.
...Guaniamo: la minería legal avanza con la tala.
...Caicara y Maripa: son puntos de partida para vías de acceso al Caura, que es una reserva forestal donde existen minas de oro. Hay vías de penetración hacia pueblos que no existían hace unos años.
...Ciudad Piar y La Paragua: hay una fuerte deforestación en los alrededores de estos poblados debido a la minería ilegal, que cada vez avanza más al sur. Se están afectando las reservas forestales del Caura y de La Paragua. Es una de las zonas que más preocupa a ingenieros de Edelca porque el río Paragua es afluente del embalse de Guri, que provee la mayor parte de la electricidad que consume el país.
...El Manteco: al sur de Upata, la minería amenaza la reserva forestal San Pedro.
...Tumeremo- km 88: los conucos (de 3 a 4 hectáreas) que existían desde hace unos pocos años a lo largo de la carretera entre los dos poblados se han convertido en fundos ganaderos de 100 a 200 hectáreas.
Tomado del diario "El Nacional" del día viernes 11 de febrero de 2011. Cuerpo Ciudadanos, página 5.
Urge preservar los bosques del norte para garantizar agua a la población.
Venezuela perdió 2,1% de la floresta, señala el informe de 2011 de la FAO correspondiente a ese habitat.
2011 fue establecido por la ONU como el Año Internacional de los Bosques, y Venezuela lo celebraá entre altibajos en materia forestal. Por una parte, de acuerdo con el informe: "Situación de los Bosques en el Mundo 2011 de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación", Venezuela continúa en el décimo lugar de los países con mayor tasa de deforestación. Por otra parte, el Estado venezolano, según lo señala la Memoria y Cuenta del Ministerio del Ambiente de 2009, continúa haciendo esfuerzos por disminuir el impacto causado por incendios forestales y conservar y mantener los parques nacionales.
No obstante las iniciativas gubernamentales, todavía el país no ha podido variar su posición en el ranking de deforestación desde el reporte anterior, publicado en 2009. La FAO indica que la tasa de deforestación en Venezuela es de 288.000 hectáreas al año, lo que significa la eliminación de más de 200.000 árboles cada día, según cálculos de expertos.
El documento fue presentado durante el lanzamiento del Año Internacional de los Bosques, realizado en la 9ª Sesión del Foro de Naciones Unidas sobre Bosques, en Nueva York, Estados Unidos.
Las estadisticas de esa organización muestran que la superficie boscosa del país disminuyó de 59% en 1990 a 54,1% en 2005. En los anuarios recientes (2009 y 2011), la FAO registró que entre 2005 y 2010 el país perdió 1438 millones de hectáreas de bosques (de 47.713 millones de hectáreas a 46.275 millones). Es decir, Venezuela pasó de tener en 2005 54,1% de su superficie cubierta de bosques a 52% en 2010.
Los números venezolanos van a contravía de la tendencia de la última década en el resto de América del Sur y el Caribe. Allí, la tasa de deforestación se redujo, aún cuando las pérdidas netas anuales superaron 4 millones de hectáreas entre 2000 y 2010.
En peligro las cuencas. La mitad del territorio nacional está ubierto por bosques, que en su mayor parte están situados al sur del Orinoco, en Guayana. No son tierras fértiles o apropiadas para la agricultura y la ganadería. "Por eso es equivocado pensar que su eliminación permitiría producir alimentos eficientemente para el país", indica José Lozada, ecólogo de la Universidad del Zulia, "además, esos son territorios ocupados por comunidades indígenas, son sus tierras ancestrales".
Lozada indica que en el norte, donde se encuentran las grandes ciudades de Venezuela, existen bastantes sistemas boscosos asociados a las coordilleras de Perijá, los Andes, de la Costa y el Macizo de Turimiquire.
Esos bosques cumplen dos funciones fundamentales para la sociedad: son la garantía de la biodiversidad del país y del agua potable requerida por 80% de la población. "Son ecosistemas que deben ser preservados".
Lozada indica que existe preocupación entre los ecólogos por la pérdida de floresta en el país. "Hace 60 años teníamos más cobertura". Ahora, dice, han desaparecido los bosques que existían en las tierras bajas de los llanos occidentales, centrales y orientales. También, los que estaban en los alrededores del lago de Maracaibo. "En esa zona no queda un bosque originario".
En los llanos sólo queda una superficie boscosa limitada, que es la Estación Experimental Caparo, manejada por la Universidad de los Andes (ULA). Tiene 7900 hectáreas y está amenazada por invasores desde 2004.
Agrega que existe un alerta entre diversos grupos ambientalistas, incluyendo la Asociación Venezolana para la Conservación de Áreas Naturales, por el avance de la frontera agrícola en el estado Bolívar, donde se encuentra gran parte de la Amazonia venezolana.
Tomado del diario "El Nacional", del día viernes 11 de febrero de 2011. Cuerpo Ciudadanos, página 5.
2011 fue establecido por la ONU como el Año Internacional de los Bosques, y Venezuela lo celebraá entre altibajos en materia forestal. Por una parte, de acuerdo con el informe: "Situación de los Bosques en el Mundo 2011 de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación", Venezuela continúa en el décimo lugar de los países con mayor tasa de deforestación. Por otra parte, el Estado venezolano, según lo señala la Memoria y Cuenta del Ministerio del Ambiente de 2009, continúa haciendo esfuerzos por disminuir el impacto causado por incendios forestales y conservar y mantener los parques nacionales.
No obstante las iniciativas gubernamentales, todavía el país no ha podido variar su posición en el ranking de deforestación desde el reporte anterior, publicado en 2009. La FAO indica que la tasa de deforestación en Venezuela es de 288.000 hectáreas al año, lo que significa la eliminación de más de 200.000 árboles cada día, según cálculos de expertos.
El documento fue presentado durante el lanzamiento del Año Internacional de los Bosques, realizado en la 9ª Sesión del Foro de Naciones Unidas sobre Bosques, en Nueva York, Estados Unidos.
Las estadisticas de esa organización muestran que la superficie boscosa del país disminuyó de 59% en 1990 a 54,1% en 2005. En los anuarios recientes (2009 y 2011), la FAO registró que entre 2005 y 2010 el país perdió 1438 millones de hectáreas de bosques (de 47.713 millones de hectáreas a 46.275 millones). Es decir, Venezuela pasó de tener en 2005 54,1% de su superficie cubierta de bosques a 52% en 2010.
Los números venezolanos van a contravía de la tendencia de la última década en el resto de América del Sur y el Caribe. Allí, la tasa de deforestación se redujo, aún cuando las pérdidas netas anuales superaron 4 millones de hectáreas entre 2000 y 2010.
En peligro las cuencas. La mitad del territorio nacional está ubierto por bosques, que en su mayor parte están situados al sur del Orinoco, en Guayana. No son tierras fértiles o apropiadas para la agricultura y la ganadería. "Por eso es equivocado pensar que su eliminación permitiría producir alimentos eficientemente para el país", indica José Lozada, ecólogo de la Universidad del Zulia, "además, esos son territorios ocupados por comunidades indígenas, son sus tierras ancestrales".
Lozada indica que en el norte, donde se encuentran las grandes ciudades de Venezuela, existen bastantes sistemas boscosos asociados a las coordilleras de Perijá, los Andes, de la Costa y el Macizo de Turimiquire.
Esos bosques cumplen dos funciones fundamentales para la sociedad: son la garantía de la biodiversidad del país y del agua potable requerida por 80% de la población. "Son ecosistemas que deben ser preservados".
Lozada indica que existe preocupación entre los ecólogos por la pérdida de floresta en el país. "Hace 60 años teníamos más cobertura". Ahora, dice, han desaparecido los bosques que existían en las tierras bajas de los llanos occidentales, centrales y orientales. También, los que estaban en los alrededores del lago de Maracaibo. "En esa zona no queda un bosque originario".
En los llanos sólo queda una superficie boscosa limitada, que es la Estación Experimental Caparo, manejada por la Universidad de los Andes (ULA). Tiene 7900 hectáreas y está amenazada por invasores desde 2004.
Agrega que existe un alerta entre diversos grupos ambientalistas, incluyendo la Asociación Venezolana para la Conservación de Áreas Naturales, por el avance de la frontera agrícola en el estado Bolívar, donde se encuentra gran parte de la Amazonia venezolana.
Tomado del diario "El Nacional", del día viernes 11 de febrero de 2011. Cuerpo Ciudadanos, página 5.
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